domingo, 23 de octubre de 2016

4 POEMAS DE TERESA ORBEGOSO






Después de una guerra a nadie obliguemos amar.


Amar, esa palabra resuena vacía, flota en el aire como si tú no la conocieras, sin poder entrar en ti. Como si no la hubieras pronunciado nunca. Y otra aparece y se repite. Un intento para que tu tierra esconda y niegue. Polvo sin oxígeno. Fuente de su poder tu herida, la herida de la hija. Fuente de su miseria tu sonrisa, la sonrisa de la hija.









En el Perú lo sagrado pesa y nos lastima. Como una enorme aguja invisible nos cose, uno a uno. A esa hora, en ese día, muere, como hija de los siglos, nuestra soledad. La sal como un estado de gracia. No hay Dios que hable adentro.










Repite la palabra Perú hasta olvidarla. Patria, ausencia de metáfora. Nuestros libros están escritos para no reconocernos. Nuestros libros tan blancos y nosotros tan rojos. Si alguien, quizá alguna hija, pudiera hundir la vara en el cerro nuevo. Si alguien, quizá algún hijo, quisiera mostrarnos el mar nuestro. Agrega tu nudo al quipu, entra en su poema.









En el cementerio de los poetas Valdelomar crea un nuevo idioma. Ya no sabe escribir poemas, sólo echa agua a los claveles. Así va a la cima, de lápida en lápida con su escalera de madera. Lo músicos lo llaman para despedir a los nuevos muertos. Limpia el vidrio y pinta sus nombres. Flores, dice. No hacen falta más flores. En el geranio, los geranios, en la orquídea la mariposa.





Teresa Orbegoso (Lima, 1976, Reside en Buenos Aires)


Fuente: "Perú", Teresa Orbegoso, Buenos Aires Poetry, 2016.





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